El queridísimo Humphrey Bogart era medio petizón, de ahí que cuando le tocaba actuar con una lunga como Ingrid Bergman, que medía como dos metros y medio, lo subían a coturnos, plataformas o tacos ortpédicos. El hombre bufaba, pero otro remedio no le quedaba. (Al menos tengo eso en común con Bogie, también soy retacón, tirando a inspector de picaportes).Un varieté emocional con poemas, canciones, desnudos (para que todo no sea tan intelectual), artículos (la vida es un recorte y peque), pensamientos (cuando los haya), etc. Un cambalache descerebrado y jubiloso. Un bazar azaroso y desastrado. Se ruega entrar, pasear y comentar.
martes, 7 de junio de 2011
Gajes del oficio
El queridísimo Humphrey Bogart era medio petizón, de ahí que cuando le tocaba actuar con una lunga como Ingrid Bergman, que medía como dos metros y medio, lo subían a coturnos, plataformas o tacos ortpédicos. El hombre bufaba, pero otro remedio no le quedaba. (Al menos tengo eso en común con Bogie, también soy retacón, tirando a inspector de picaportes).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario