martes, 21 de junio de 2011

Dos delirios y una gema

"Besos brujos" es un delirio tan gozoso, que siempre debemos agradecer su existencia. Es tan hermoso como histericón y desvergonzado. "Como un pajarito" es el canto libertario más absurdo que debe existir, sin embargo, en ese inmenso absurdo radica su inconmensurable belleza. (Nótese, por favor, como Besos brujos, la película, funciona como antecedente directo de las prisiones sexuales a las que se vería sometida, años más tarde, la gran Isabel Sarli). "Loca" es una cumbre del melodrama cantado y nada puede mitigar su grandeza. La cultura popular puede que no sea sacrosanta ni cuente jamás con el beneplácito de las academias, pero su perdurabilidad está asegurada, mientras que muchas modas intelectuales, por más influyentes y celebradas que sean en su momento, pasan sin dejar huella. Lo popular siempre será denostado, pero a la larga, por su vitalidad exuberante y conexión innegable con lo que en esencia somos y sentimos, construye más identidad y pertenencia que ninguna otra cosa.

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