Usé El baión de Ana para la apertura de Niña melindrosa, pasión tormentosa. Los cuatro actores entrábamos bailándolo ridículamente y fue un golazo. Provocamos siempre desde una sonrisa a una carcajada estruendosa. El baión establecía con claridad el código y el tono del espectáculo. Vemos aquí la versión original, cantada y bailada por Silvana Mangano en la película que la convirtió en estrella: Arroz amargo. (Ah, puedo hablar también de las veces que me equivoqué con una música, una obra, las actuaciones y la puesta en escena, pero a una semana del estreno de la nueva obra, prefiero atesorar los buenos momentos).
Un varieté emocional con poemas, canciones, desnudos (para que todo no sea tan intelectual), artículos (la vida es un recorte y peque), pensamientos (cuando los haya), etc. Un cambalache descerebrado y jubiloso. Un bazar azaroso y desastrado. Se ruega entrar, pasear y comentar.
viernes, 27 de mayo de 2011
El baión de Ana
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